Desde que entré a la vida religiosa (casi 60 años) conocí a la Hna. Inmaculada. Siempre la admiré como mujer, la vi como la mujer fuerte del Evangelio. Religiosa comprometida con el carisma de la Madre Rossello vivía la Misericordia y la hacía vivir sin retacear nada.

Cuando llegué al Colegio, ella ya empezaba a decaer. Luego de una quebradura de cadera se postró, le costaba comunicarse, pero sus ojos celestes expresaban todo lo que quería decir.

Como religiosa jamás una queja, siempre en silencio, fueron casi 12 años de enfermedad. Era nuestro ángel tutelar, esperábamos que llegaría a sus 100 años, pero Dios, a quién le consagró su vida durante 79 años cortó la flor a los 99.

Nos dejó un vacío difícil de llenar, Te extrañamos mucho, pero descansás en Dios y en la Madre de Misericordia.

Hna. Ma. del Carmen Fulcheri